
En la puerta de mi sala una pájara puso un nido, con huevos y todo. Si hasta los animales la pasan bien. Es la revolución orgiástica del año, todos se emparejan, todos son felices…bueno no todos, hay una porción de la población que o es fea o es alérgica al plátano oriental y por eso la primavera es fome para ellos.
Pero para la otra porción de la población, la gente linda, la feliz y la sin enfermedades la primavera es la mismísima comunión con el mundo.
Desde que tengo uso de razón que me gusta la primavera, aunque soy alérgico al plátano oriental y no tengo mucha suerte con el sexo opuesto, pero igual, soy feliz. Cuando chico me gustaba mirar a las abejas, a las flores y andar en bicicleta por las plazas públicas donde el 80% del público eran parejas “enamoradas”. Además los durazos naturales con crema son manjar de dioses.
En fin, un día de esos donde amanece con cielo despejado, pajaritos volando y oficinistas con su maletín de charol, fui a juntarme con gente conocida, amigos y gente por el estilo. Me subí a la micro y el chofer tenia los ojos hinchados, la nariz cosida y una bolsa con papeles con mocos al lado, le pagué y traté de no hacer contacto con él. El chofer es del otro tipo de la población, y para él la primavera es fome…debe ser triste ser chofer, en invierno se te llueve la micro, en verano parece sauna, sin contar el olor a axila de los flaites que se suben por monedas, en otoño siempre hay choques con camiones de cecinas (que como tienen plata ganan los juicios y tienes que indemnizarlos), y para mas remate están los escolares que hacen problema por todo. Yo creo que ser chofer es un castigo divino. Cuando uno hace algo malo no se va al infierno, se hace micrero… A las dos cuadras se sube un vendedor de helados con peinado engominado al máximo, su uniforme de Savory impecable y con una nevera coleman de 100 lucas. El típico universitario o recién egresado que se pone a trabajar para poder carretiar el fin de semana porque el papá lo pillo en cosas raras y no le da plata para que siga perdiéndose con sus nuevos amigos marihuaneros de la U. Le compré un Centella, el helado de todas las temporadas, con 50 años de servicio a la comunidad por la módica suma de 100 pesos. Verde y amarillo, forma de cohete y eso que le vendía la pomá a los cabros chicos de mi época: El envase punchi punchi de colores “mágicos”.
Media hora después me bajé y me topé con un compañero de curso que iba con su polola, una mina que conoció en una fiesta de hace 2 semanas y ya se juran amor eterno. Debe ser el plátano oriental, eso, el plátano oriental debe ser afrodisíaco, debe tener ese compuesto químico que se libera en el aire en cuarto medio cuando se empiezan a formar parejas y todos pololean como si se fuera a acabar el mundo
Toco el timbre y sale la gente del sector feliz de la sociedad primaveral a recibirme, en los 30 minutos que me demoré en llegar ya se formó una pareja y otro amigo encontró polola el día anterior. Es mágico, la primavera es afrodisíaca. Hablamos un buen rato y fumamos Belmont Light, tomamos cola de supermercado con pisco los artesanos del cochihuas y engullimos maní de supermercado también, mientras miro como se comen los hedonistas de turno. Si las relaciones prematrimoniales fueran pecado, tendríamos micreros asegurados por unos mil años.
Pasan las horas y me empiezo a drogar del plátano oriental y se sienta al lado mío una amiga, que a decir verdad nunca había visto en mi vida. Pero no importa, porque también jaló plátano oriental…y yo igual creo que voy a dejar bien bonita la micro que me van a pasar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario